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Nos presentamos

Comunidad Cooperativa La Minga (CCLM)

 

En el barrio La pradera, situado en el km 48 de la ruta provincial 210, en la localidad de Alejandro Korn, partido de San Vicente, provincia de Buenos Aires, se desarrolla desde agosto de 2009 la Comunidad Cooperativa LA MINGA. En ella, un grupo de familias plantean una dinámica de vida en armonía con la naturaleza en torno a distintas prácticas: La construcción natural, la producción de alimentos, el intercambio de saberes a través de talleres, jornadas de convivencia, la investigación y desarrollo de energías limpias y sustentables.
LA MINGA se gesta a partir de la necesidad de la vivienda familiar para las personas que forman parte de este proyecto. Las técnicas que se aplican en las construcciones de las casas son en su mayoría de construcción natural (adobes con barro, arena y paja; ramas y cañas, techos vivo etc.) junto con la aplicación de materiales de distintas proveniencias como son: las tarimas o pallets de madera, tan abundantes y descartados por diferentes industrias que lo usan en el transporte de cargas pesadas. Estos últimos son aprovechados en estructuras de paredes, pisos y techos. También se utilizan vidrios molidos como agregados en mezclas aislantes; botellas y trozos de vidrio que permiten el paso de la luz al interior de los hogares; botellas plásticas rellenas con mas plásticos y otros materiales no biodegradables o que tardan mucho tiempo en degradarse y colocadas dentro del espesor de las paredes funcionan como buenos agentes térmicos (estas también para hacer contrapisos, encadenados, etc.). De esta forma y trabajando comunitariamente (muchas veces con el aporte de personas llegadas de otros lugares) se logra reciclar y reutilizar infinidad de elementos que, de otra forma, terminarían quemándose o enterrándose, sin discriminar sus componentes químicos, con lo que solo se logra mas contaminación del aire, la tierra, las napas y demás cursos de agua.
En la Comunidad Cooperativa, también hay espacios dedicados a la cria de animales de granja y a la producción de huertos biológicos y orgánicos. En lo que respecta, se proyecta la constante expansión de los mismos, buscando mayor autosustento en la alimentación. De este modo, se defiende el uso, la reproducción, el intercambio y conservación de las semillas orgánicas en contra de la manipulación genética de las mismas y el uso de pesticidas. En los huertos se combinan hortalizas con plantas de crecimiento espontaneo en la zona (todas pasibles de aprovechamiento medicinal), mas variedades de aromáticas, cereales y una incipiente plantación de árboles frutales y nativos. Dentro de este esquema se produce humus de lombrices que digieren todos los restos de origen orgánico generando uno de los mejores abonos para la tierra.
En este espacio se utiliza el sistema de baño seco. En el mismo la materia fecal se neutraliza con aserrín o tierra para que, luego de un tiempo, se utilice como abono fertilizante. El orín es rebajado con agua y se reutiliza para riego. De esta forma ahorramos agua, no contaminamos napas y cerra mos el ciclo desde lo que comemos hasta su retorno a la tierra.
LA MINGA viene ofreciendo su fogón y la casa comunitaria (lugar construido con muchas manos con anterioridad a las casas familiares) para dar clases de apoyo escolar, jornadas de crianza (maternidad-paternidad), pintura y juegos para niñ@, encuentros itinerantes de mujeres, rondas de cuentos y relatos, práctica semanal de huerta, así como, cursos anuales y talleres temporarios que abarcan diferentes temáticas como: “Salud, plantas medicinales y elaboración de remedios caseros”, “Construcción natural”, “Usos de energías sustentables y no contaminantes” (aplicables a la calefacción del hogar, generación de electricidad y biogás).
El lugar también se ofrece para la difusión de conocimientos y dictados de clases por parte de gente dedicada a variadas disciplinas y oficios. El año pasado contamos con la visita de Ricardo Barbetti, director de la sección “Protección ambiental y educación conservacionista” del Museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia de la Ciudad de Bs. As., quien nos brindo una charla con diapositivas y recorrió con los presentes parte del terreno dando interesantes descripciones de las relaciones entre insectos, animales y plantas. También se proyecta, a futuro, la creación de una biblioteca para uso común del barrio para lo que se están realizando actividades para juntar fondos.

Por iniciativa de LA MIN­GA, junto a otros vecinos, se inicio la forestación con arboles nativos a la Region Pampa Hu­meda, de la hectárea ubicada entre las calles 24 y 25 entre 9 y 10. En esta se formo una laguna a causa de viejas exca­vaciones y donde comúnmen­te se pueden ver garzas, patos silvestres, cuervillos de cañada y ocacionalmente cigüeñas, además de otras aves junto a las domesticas. La importancia de forestar con plantas autóctonas a cada región, para preservar los ecosistemas naturales resalta en esta zona que no cuenta con vi­vero municipal (amen que en la mayoría de los viveros munici­pales suelen tener muy pocas o ninguna producción de nativas en un país que admitió oficial­mente que mas del setenta por ciento de sus bosques nativos ha sido destruido).

En la comunidad también se comparte la idea que es nece­sario respetar nuestra forma de llegar al mundo. Mujeres que viven en ella optan por tener “nacimiento en casa”, propi­ciando así el parto natural, res­petado y amoroso. Participa de espacios de crianza y parto hu­manizado dando lugar al inter­cambio de experiencias e infor­mación con otras familias que comparten igual búsqueda.

La Comunidad Cooperati­va LA MINGA se lleva adelante sin apoyo económico externo y hasta hoy avanza con el esfuerzo de quienes viven allí y la cola­boración voluntaria y solidaria de la gente, siendo un espacio en constante crecimiento que se expande hacia la creación de talleres de oficio (carpintería, herrería, electricidad, etc.) bus­cando la mejor relación con el entorno y entre las personas que la habitan.

Minga es una palabra de origen Quichwa y alude a una reunión entre amigos y vecinos para hacer algún trabajo gratuito en co­mún. Se trata de una practica ancestral de los pueblos de Los Andes cuyos resultados, en palabras del Conse­jo Regional Indigena del Cauca, “NO TIENEN DUEÑOS”. Las Mingas ponen en evidencia la madurez de los pueblos. La disciplina, la capacidad de actuar en comunidad, la humildad, el aporte del esfuerzo indivi­dual máximo para un logro colectivo. La conciencia que lo común supera lo particular, pero que cada esfuerzo particular es escencial.

La Minga es una forma de forta­lecer vínculos comunitarios ya que se centra en la unidad para lograr un objetivo. En Argentina, diferentes co­munidades urbanas, indígenas y campe­sinas, realizan Mingas para construir sus viviendas, abrir canales de regadío o para el tiempo de siembras y de cosechas, donde se necesitan muchas manos.

 

 

 

 

 

 

 



 

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